jueves, 26 de agosto de 2010

Capítulo 2

Melissa y David bajaron del autobús, se despidieron y se fueron cada uno con sus amigos.
Melissa fue hacia la puerta del instituto y allí estaban; Déborah, rubia, ojos marrones, guapa, sí, claro que lo era, Mar, la dulce Mar, era la más dulce de ellas, tenía el rostro aniñado, pero era muy mona; Lucía, joder, Lucía era preciosa, morena de piel y pelo, ojos verdes, preciosos, nariz perfecta y una sonrisa que les enamoraba a todos, una bonita figura; y Victoria, pelirroja, ojos grandes marrones, muy hermosos, era muy guapa también. Sus amigas. Todas, Melissa incluida, tenían una belleza, un carácter y una forma distinta, pero todas ellas eran preciosas, al menos para las hormonas con piernas que eran los chicos del instituto. Se abrazaban, se querían, eran amigas desde siempre, nunca se abandonarían, decían ellas. Eso no tardaría en cambiar.

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David, en cambio, se dirigió hacia el campo de fútbol, allí los ve; Carlos, el macara, musculoso, quizá en exceso, pelo corto y negro, atractivo, diferente; Álex, el niño bueno, notas perfectas, mono, pelo largo y marrón; y Pablo, grandes ojos verdes y rubio. Todos distintos, pero compartían pasiones. También se querían, aunque no lo demostraban tanto como ellas. Unas palmadas en la espalda, se oyeron varios "¿Qué pasa, tío?" al unísono. Siempre han estado juntos. Los chicos perciben un cambio en David, pero prefieren no mencionarlo.

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-Chicas, ¿qué tenemos hoy?- preguntó Melissa.
-Tenemos biología, física, filosofía, lengua, inglés y mate.- contestó Mar.
-¡Ay, mierda! Y yo que me había propuesto empezar a estudiar hoy, que voy con dos años de retraso, pero con este horario de hoy, creo que lo voy a dejar para mañana.-dijo Melissa.
Las chicas soltaron una carcajada ante el comentario de Melissa y continuaron su camino hasta clase.
-Meli, esta noche saldremos, ¿verdad?.- preguntó Mar.
Melissa, que estaba un poco enfadada, ya que sus amigas no le habían felicitado, sólo asintió con la cabeza.
Ellas se acordaban perfectamente de que era su cumpleaños, pero, para que su plan funcionase, era esencial que callasen.
-Bien, pasáis todas por mi casa y cenamos unas pizzas.- dijo Mar.
-Claro.- respondieron las demás, mientras entraban en clase y se sentaban.
Sí, esta será una gran velada, pensaron todas. No sabían hasta que punto se equivocaban.

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-¡Ei! ¿A vosotros os han invitado al cumple de Meli?.- preguntó Pablo de camino a clase.
-Sí, nos han invitado a todos, ¿vais a ir? Yo tengo muy claro que si, a ver si veo a Vicky fuera de clase.- sonrió Carlos.
-A si que Vicky, ¿eh? Pues si que apuntas tú alto. Yo también iré, aunque sólo sea para ver a éste hacer el ridículo con Vicky.- rió Álex.
Pablo y David asintieron, dando a entender que ellos también irían. Cada uno de ellos pensaba en sus propios objetivos para la noche y, así, pensando cada uno en sus cosas, entraron a clase y se sentaron.

Capítulo 1


Capiitulo 1 de mi libro! Hoy a la 01:02

David se agitaba inquieto en la cama. Tenía esa pesadilla que le atormentaba todas las noches. No era una pesadilla propiamente dicha, pero a él le atormentaba noche tras noche. Al acostarse, le daba miedo dormir y cuando se dormía era solo porque el sueño le vencía y no podía evitarlo.
David se despertó sudando y, como sabía que no se podría volver a dormir, se levantó, se duchó, se vistió y se dispuso a hacer sus deberes de Matemáticas antes de ir al instituto.
Cuando se puso a hacer los deberes, su cabeza rápidamente se fue a otro lado. Pensaba en Melissa, la chica morena, de ojos castaños, grandes y los más expresivos que había visto en su vida, se podía saber su estado de ánimo solamente mirando sus ojos, labios finos, de un color anormalmente rojo y con ese precioso cuerpo, que va a su clase, aunque es doble repetidora y tiene 18 años. A David no le importa.
Mira el reloj:
-Mierda! Ya llego tarde.- dice David.
Rápidamente guarda sus libros, baja al piso de abajo, donde ya están su hermano mayor y su padre.
-Buenos días, David.- Dicen casi al unísono.
-Buenos días.- contesta éste.- Me voy, que ya llego tarde.
Toma un vaso de leche y sale corriendo de casa por si todavía coge el autobús.
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El despertador de Melissa estaba sonando. Resignada, se levantó y lo apagó. Otro día de instituto, ¡qué coñazo! Bueno, aunque ya era viernes.
A pesar de su preciosa figura, ella nunca se había visto atractiva, ni sexy, ni guapa como sus amigos y los chicos del instituto le decían. ¡Qué locura! Mucho más guapa que ella era Lucía, al menos desde su punto de vista.
Con esos pensamientos, típicos de una adolescente, rondándole por la cabeza, abrió el armario y eligió unos vaqueros ajustados y una camiseta verde de manga larga y escote a pico, no mucho escote. Cogió unas botas altas y de tacón de aguja negras y se calzó.
Entró en el baño, se pintó lo justo, se peinó y bajó a desayunar. Sus padres ya se habían ido, bueno, mejor, así no tendría que discutir con ellos por ir pintada, por llevar escote, tacones...
Melissa nunca había sido una chica presumida, pero ese día era especial, era su cumpleaños, estaba feliz. ¿Qué le regalarían sus amigas? ¿Qué le tendría su grupo de 5 amigas preparado? Porque seguro que tenían algo, siempre lo tenían.
Salió por la puerta de casa y llegó a la parada del autobús. Esperó.
El autobús llegó y ella se montó.
Melissa se mordía el labio, ¿con quién se sienta? Buscó con la mirada y vio a David, el chico de su clase, alto, fibroso, pelo negro y con unos preciosos ojos azules, un azul que llama la atención. Se acercó a él.
-Hola, David, ¿me puedo sentar aquí?.- pregunta Melissa.
-Claro.- responde David apartando su mochila.
-¿Qué tal?
-Bien, ¿y tú?
Y siguieron conversando así, sin saber la macabra broma que el destino les tenía preparada.
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"No me lo puedo creer, es imposible. ¿Qué hace Melissa con ese? ¿Se ríe? Sí, confirmado, se ríe, pero ¿de qué va?" Raúl estaba muy celoso, era su Melissa, suya, seguro que lo que le había dicho el otro día iba en broma, seguro.
"CINCO DÍAS ANTES"
-Raúl, déjame en paz, que no me gustas, que eres un cabrón, que me olvides.- decía Melissa.
-Pero, cari, ¿por qué?.- respondía Raúl.
-¿Qué por qué? ¿Todavía tienes la cara de preguntar por qué?
-¿No me digas que es por lo de Alba? Ella no es nada, es una bobada.
-Me da igual, Raúl, si quieres tontear, tontea, pero no seré yo la que sufra viéndote hacerlo. ¡Ah!, y por si no quedaba claro, hemos roto.- dijo. Y se fue.
"PRESENTE DE NUEVO"
"No voy a permitir que tenga otro novio nunca. Le haré daño y a ella también." Era un pensamiento rabioso, de ésos que se dicen, pero nunca se hacen. Lo que Raúl no sabía en ese momento es la razón que tendrá y de la forma en que la tendrá

Escritora

Bueno, pues que estoy intentando escribir un libro y quería que lo leyerais a ver que os parece y que lo comenteis a ver si os gusta o si no, iré publicando capítulos y a veces simplemente textos, graciias.
Att: Night