"En la fiesta"
Mar estaba buscando a alguien.
-Déborah, ¿has visto a Mel?.- dijo preocupada.- Hace ya mucho rato que no la veo. Joder, ¿dónde se habrá metido?
Déborah, que estaba hablando con Álex, el chico nuevo, la dijo:
-No te preocupes, mujer, a lo mejor está con algún tío o en el baño...-y se giró de nuevo hacia Álex.
Mar seguía buscando... Cuando vio a David en la barra. Entristecido.
-¡Ei! David, ¿te pasa algo?.-dijo Mar.
-¿A mí? No, ¿por qué?
-No, por nada, te veo algo desganado, ¿seguro que estás bien?
-Si.-suspiró él.- Estoy bien, estoy bien.-dijo intentando convencerse a si mismo más que a ella.
-De acuerdo, entonces, ¿has visto a Mel?
-¿A Mel? Sí, antes se marchó con un chico, que la había vendado los ojos.
-¿Un chico? ¿Quién era, David? ¿Quién?.-se preocupó Mar.
-Yo... No lo sé, Mar, no lo vi. Parecía contenta.- dijo triste.
Mar le miró con un brillo comprensivo en los ojos.
-Sería un amigo, David, no te preocupes.-y se fue.
Mar se acercó a Jorge, Erica, Cristal y Verónica, que estaban bailando.
-Hola, chicos.
-Hola, Mar.-dijo Erica, entonces la vio la cara.- ¿Qué ha pasado?
-Nada, tranquila, es que no veo a Mel.
-¡Ah! Déjala, es su cumple, que disfrute.
-Sí, eso haré.-rió Mar.
-Mira, ¿ves a aquel chico de allí? ¿El moreno, alto? Sí, ese que tiene esa sonrisa...-dijo Erica.
-Sí, ¿qué pasa?
-Nada, que es mono... Voy a hablar con él.
Y Erica se fue. Mar resopló y sonrió.
-¿Dónde fue Erica?.-preguntó Jorge, el único que no estaba bailando.
-Fue a hablar con aquel chico de allí.-rió Mar.
-Mmmm es mono, si señora.-sonrió Jorge.
Jorge era gay, pero lo tenía reconocido y no le importaba lo que pensasen los demás de él.
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"En el callejón"
-Raúl, ¿qué coño hacemos aquí? Llévame a la fiesta ya.-dijo Mel.
-¿Para qué? ¿Para que tontees con el David ese? Creo que no Mel, tú eres mía, asúmelo.
-Raúl, yo hago lo que me da la gana con mi vida, no estamos juntos ya, kaput, se acabó, finish, ¿lo entiendes? No soy tuya, joder, déjame en paz ya.-gritó Mel.
-Mel, no insistas, no te voy a dejar marchar hasta que no hablemos, porque seguro que me dejaste en broma.
-Raúl, vamos a ver como te lo explico, no tenemos nada, pero nada de que hablar, ¿te enteras? Y sí, te dejé completamente en serio, no te aguantaba más.
-Me esperaba esa respuesta.-dijo para más para sí mismo que para ella.- Pero te equivocas en algo, cari. Tu no tienes nada de que hablar, pero yo sí.-entonces la agarró fuerte por los hombros.-Me has hecho daño. Me lo pagarás.-y la besó.
Mel intentó quitarlo, pero tenía demasiada fuerza, se revolvió, lo intentó pegar, pero no pudo soltarse. No sabía qué hacer. Entonces Raúl se separó un poco.
-No puedes hacer nada contra mí, Melissa, y ya es tarde para hacerlo con palabras. Ahora llegó tu turno de sufrir.
-Raúl, ¿qué coño haces? ¿Estás loco? Suéltame. Déjame.-gritó Mel muy asustada.
Raúl se rió.
-No, cari, no, no te suelto y no te dejo. Te arrepentirás de haberme dejado.-y la tiró contra el suelo.
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"De nuevo en la fiesta"
Lucía y Vicky estaban en la barra. Iban a pedir.
-Hola, un 43-cacaolat, por favor.-dijo Vicky.
-Y una Coca-Cola.-dijo Lucía.
Vicky miró a Lucía:
-Lucía, por favor, ¿una Coca-Cola? ¿En el cumpleaños de Mel? ¿Sin padres? Estás loca...-Vicky puso los ojos en blanco.
-¡Bah! ¡Cállate! Sabes que no me gusta beber, así que...-dijo Lucía.
Entonces la cortó Carlos.
-¡Hola, Lucía! ¡Hola, Vicky! ¿Qué tal la noche?
-¡Hola, Carlos! Pues la verdad es que la noche genial, ¿y tú? ¿qué tal?.-contestó Vicky.
Lucía puso los ojos en blanco y se escabulló con su Coca-Cola de allí.
-Pues a mi bueno, podría ir mejor.-sonrió él y la miró intensamente.
-¡Ah! ¿Y eso?
-Nada.-hizo un gesto con la mano quitándole importancia.- Es una chica, que no me ha hecho caso en toda la noche, ¿algún consejo?
-Mmm... Bueno... Yo....-tartamudeó ella.- Bueno, vale, te digo lo que tendrías que hacer para impresionarme a mí, a ver si te sirve con ella... Bueno, a mi en una fiesta tendrías que venir, hablar conmigo un rato, decirme algún piropo y cosas así.-dijo un poco molesta.
-¡Ah! Creo que me servirá de mucho.-sonrió él.- Bueno, ¿y qué? ¿Te aburres o algo?.-dijo sin saber que decir.
-Me alegro. ¿Aburrirme? No, la fiesta está muy guapa.
"Bien," pensó Carlos "me la ha dejado perfecta"
-Tú si que estás guapa.
Vicky se sonrojó.
-Eh... Espera un momento, ¿estás usando mis propios consejos conmigo?
-Sí, Vicky, sí, esa chica eres tú.-dijo él.- ¿Vamos a dar un paseo?
-Claro.-Dijo Vicky y le cogió de la mano.
Juntos salieron de la sala.
-¿Dónde vamos?.-dijo él.
-Donde quieras, Carlos.
Y se pusieron a andar mientras charlaban.
Llegaron a un campo, desde el cual se veían las estrellas y la luna. Se tumbaron en la fresca hierba.
-¿Te gusta?.-dijo él
-Este lugar, tú, nosotros, es perfecto.-le miró sonriendo.-Es como si todo estuviera aquí ahora conmigo apoyándome e iluminándome. Me encanta.
-Me alegro de haber acertado con el sitio.-sonrió.
Entonces, él la besó.
jueves, 30 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
Capítulo 3
Entró el profesor de biología en clase y se puso a explicar.
Déborah garabateó rápido una nota para Mar en un papel.
"Mar, ¿cómo lo vamos a hacer esta noche? No están tus padres ¿no? Cenamos y luego ¿qué?"
Cuando el profesor no miraba, le pasó la nota. Mar la leyó y rápidamente contestó:
"No, no están mis padres, la primera sorpresa se la damos en mi casa, cuando estén todos y después Lucía, Vicky y yo hemos reservado una sala de fiestas para seguir allí"
Se lo pasó a Déborah, la cual se lo pasó a todos los que estaban invitados a la fiesta. Recibió varios "Ok" como respuesta.
El resto de las clases pasaron lentas, pues todos estaban esperando la fiesta. Cuando, por fin, sonó el timbre para salir, todos suspiraron contentos.
-Creí que el día no acabaría nunca.- dijo Déborah.
-Bueno, chicas, que yo tengo prisa.- dijo Mel.- Entonces esta noche, ¿a qué hora en tu casa, Mar?
-A las 10.
-Vale.
Y Mel se fue.
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Melissa estaba en su casa. "¿Qué me pongo? Bah, que más da, estoy cabreada, puedo mentir a los demás, pero no a mi misma, estoy muy enfadada, no me han felicitado. Nadie. Ni siquiera mis a. Mis mejores amigas." Escogió un vestido negro, de tirantes, corto, ajustado y con escote. Unos zapatos de tacón alto de aguja, también negros. Medias finas, transparentes. Maquillaje elegante, poco, pero bien distribuido. Cogió una chaqueta corta, negra, también y ya estaba lista para salir.
Cogió un taxi y se fue a casa de Mar sumida en sus pensamientos. Tenía la sensación de que algo no iba bien. Se quitó ese presentimiento de la cabeza e intentó sonreír.
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"Mientras tanto en casa de Mar..."
-Chicos, escondeos, venga, que tiene que estar ya a punto de llegar.- dijo Mar.
Y mientras todos se escondían sonó el timbre.
-Venga, venga, vamos, que ya está aquí.- dijo Déborah.
Mar fue a abrir la puerta y ahí estaba Mel: perfecta.
-¡Melissa! Escucha, pasa, hay algo que debes saber.- dejo mientras ponía cara de pena, intentando disimular la risa y la llevó hacia el salón.
-Mar, me estás asustando, ¿dónde están Lucía, Déborah y Vicky? ¿Qué ha pasado?.- dejo mientras traspasaban las puertas del salón.
-¡FELICIDADES! ¡SORPRESA!.-dijeron todos los invitados.
-¡Oh!.- dijo Melissa mientras se reía.- No me lo esperaba, creí que os habíais olvidado. Gracias, chicos.
En apariencia, la noche iba bien, una fiesta adolescente más, con música alta, chicas deslumbrantes y chicos perfectos. Sin embargo, nada era normal en aquella fiesta, o, por lo menos, nada acabaría siendo normal...
- Déborah, ese chico no te quita los ojos de encima.- dijo Mar al oído de Déborah.
-Déborah, Mar tiene razón.- dijo Mel.
Como ellas estaban diciendo, había un chico, de unos 18 años, rubio y con un aire muy misterioso que miraba a Déborah. Nadie en la fiesta lo conocía. Se había colado, no se sabía como...
Déborah le miró y le gustó, por lo que se acerco a él.
-Hola.
-Hola.-contestó él.
-¿Cómo te llamas? No te había visto nunca por aquí...
-No, soy nuevo, la verdad, y me llamo Álex, ¿y tú?.-sonrió él.
-Yo soy Déborah.-dijo y le dio dos besos.- Encantada.
-Igualmente.
-¿Y cómo has conseguido entrar en la fiesta de Mel?
-¡Ah! Sorpresa.-sonrió él.
En ese momento, llegó Mar con la cena.
-Chicos, venga, a cenar, que hay que irse.
Y todos fueron a la mesa y cenaron. Una vez hubieron terminado, taparon los ojos a Mel y se la llevaron.
-¿Dónde vamos, chicas?.- decía.
-Ya lo verás.-la contestaban.
Entonces, llegaron a la sala de fiestas reservada y entraron. Una vez dentro, destaparon los ojos a Mel.
-¡Oh!.-Mel se quedó sin palabras.- Es perfecto, chicas.-las abrazó con lágrimas en los ojos de la emoción y empezó la música.
-Mel, ven, que te voy a presentar a unos amigos.- dijo Mar.
Y se acercaron a un grupo de cuatro personas en un extremo de la sala.
-Esta es Erica, Eri, esta es Mel.-presentó.
Se dieron dos besos. Erica era una chica de estatura media, perlo rizado, negro, delgada, ojos marrones y tenía un piercing en el labio, en el lado derecho. Guapa, muy guapa.
-Este es Jorge. Jorge, ella es Mel.
Se dieron también dos besos. Jorge era un chico alto, de ojos marrones y grandes, delgado y una sonrisa preciosa. Desde el momento que lo conoció, Mel supo que se llevarían muy bien.
-Verónica, Mel. Mel, Verónica.
Se saludaron. Verónica era una chica de pelo rizado y marrón oscuro, ojos marrones, muy bonitos, ni delgada ni gorda, estaba normal y era muy guapa.
-Y, por último, Mel, esta es Cristal.
Cristal era una chica de piel morena, bajita, pelo marrón con mechas rubias, delgada y muy mona.
-Encantada, chicos.-dijo Mel.
-Igualmente y felicidades.-sonrieron todos.
Y la fiesta siguió así.
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"En ese momento en la puerta de la sala"
"Tengo que entrar, como sea, se van a enterar, no puedo quedarme sin entrar. Mi cari está ahí dentro". Raúl pensaba en la forma de colarse en la fiesta. En ese momento, vio un grupo grande que se dirigía a la fiesta y se metió entre ellos.
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"Dentro de nuevo"
Se apagaron la música y las luces y empezó a sonar el "Cumpleaños feliz". Déborah, Lucía, Vicky y Mar entraron con una tarta enorme con 18 velas y se acercaron a Mel. Justo cuando llegaron se acabó la canción.
-Sopla, Mel.-decían todos.
-¡Pide un deseo!
Mel sopló las velas y pidió un deseo interiormente "Conocer mejor a David". Las apagó todas y empezaron a repartir tarta. Comenzó la música de nuevo y la fiesta continuó.
Un rato después, a Mel le taparon los ojos de nuevo.
-¿Otra sorpresa?.-sonrió Mel.
La llevaron fuera de la sala y la condujeron un largo rato a oscuras y en silencio. MEl pensaba: "Que será ahora, que me tendrán preparado estas..."
Entonces la destaparon los ojos, ¿qué era esto?, se encontraba en un callejón estrecho y oscuro, no había nadie. No se oía nada. Se dio la vuelta para ver quien la había llevado hasta allí y...
-¡Raúl!.-dijo Mel asustada.
-Hola, cari.-dijo Raúl falsamente cariñoso.- Esto no se iba a quedar así.
Déborah garabateó rápido una nota para Mar en un papel.
"Mar, ¿cómo lo vamos a hacer esta noche? No están tus padres ¿no? Cenamos y luego ¿qué?"
Cuando el profesor no miraba, le pasó la nota. Mar la leyó y rápidamente contestó:
"No, no están mis padres, la primera sorpresa se la damos en mi casa, cuando estén todos y después Lucía, Vicky y yo hemos reservado una sala de fiestas para seguir allí"
Se lo pasó a Déborah, la cual se lo pasó a todos los que estaban invitados a la fiesta. Recibió varios "Ok" como respuesta.
El resto de las clases pasaron lentas, pues todos estaban esperando la fiesta. Cuando, por fin, sonó el timbre para salir, todos suspiraron contentos.
-Creí que el día no acabaría nunca.- dijo Déborah.
-Bueno, chicas, que yo tengo prisa.- dijo Mel.- Entonces esta noche, ¿a qué hora en tu casa, Mar?
-A las 10.
-Vale.
Y Mel se fue.
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Melissa estaba en su casa. "¿Qué me pongo? Bah, que más da, estoy cabreada, puedo mentir a los demás, pero no a mi misma, estoy muy enfadada, no me han felicitado. Nadie. Ni siquiera mis a. Mis mejores amigas." Escogió un vestido negro, de tirantes, corto, ajustado y con escote. Unos zapatos de tacón alto de aguja, también negros. Medias finas, transparentes. Maquillaje elegante, poco, pero bien distribuido. Cogió una chaqueta corta, negra, también y ya estaba lista para salir.
Cogió un taxi y se fue a casa de Mar sumida en sus pensamientos. Tenía la sensación de que algo no iba bien. Se quitó ese presentimiento de la cabeza e intentó sonreír.
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"Mientras tanto en casa de Mar..."
-Chicos, escondeos, venga, que tiene que estar ya a punto de llegar.- dijo Mar.
Y mientras todos se escondían sonó el timbre.
-Venga, venga, vamos, que ya está aquí.- dijo Déborah.
Mar fue a abrir la puerta y ahí estaba Mel: perfecta.
-¡Melissa! Escucha, pasa, hay algo que debes saber.- dejo mientras ponía cara de pena, intentando disimular la risa y la llevó hacia el salón.
-Mar, me estás asustando, ¿dónde están Lucía, Déborah y Vicky? ¿Qué ha pasado?.- dejo mientras traspasaban las puertas del salón.
-¡FELICIDADES! ¡SORPRESA!.-dijeron todos los invitados.
-¡Oh!.- dijo Melissa mientras se reía.- No me lo esperaba, creí que os habíais olvidado. Gracias, chicos.
En apariencia, la noche iba bien, una fiesta adolescente más, con música alta, chicas deslumbrantes y chicos perfectos. Sin embargo, nada era normal en aquella fiesta, o, por lo menos, nada acabaría siendo normal...
- Déborah, ese chico no te quita los ojos de encima.- dijo Mar al oído de Déborah.
-Déborah, Mar tiene razón.- dijo Mel.
Como ellas estaban diciendo, había un chico, de unos 18 años, rubio y con un aire muy misterioso que miraba a Déborah. Nadie en la fiesta lo conocía. Se había colado, no se sabía como...
Déborah le miró y le gustó, por lo que se acerco a él.
-Hola.
-Hola.-contestó él.
-¿Cómo te llamas? No te había visto nunca por aquí...
-No, soy nuevo, la verdad, y me llamo Álex, ¿y tú?.-sonrió él.
-Yo soy Déborah.-dijo y le dio dos besos.- Encantada.
-Igualmente.
-¿Y cómo has conseguido entrar en la fiesta de Mel?
-¡Ah! Sorpresa.-sonrió él.
En ese momento, llegó Mar con la cena.
-Chicos, venga, a cenar, que hay que irse.
Y todos fueron a la mesa y cenaron. Una vez hubieron terminado, taparon los ojos a Mel y se la llevaron.
-¿Dónde vamos, chicas?.- decía.
-Ya lo verás.-la contestaban.
Entonces, llegaron a la sala de fiestas reservada y entraron. Una vez dentro, destaparon los ojos a Mel.
-¡Oh!.-Mel se quedó sin palabras.- Es perfecto, chicas.-las abrazó con lágrimas en los ojos de la emoción y empezó la música.
-Mel, ven, que te voy a presentar a unos amigos.- dijo Mar.
Y se acercaron a un grupo de cuatro personas en un extremo de la sala.
-Esta es Erica, Eri, esta es Mel.-presentó.
Se dieron dos besos. Erica era una chica de estatura media, perlo rizado, negro, delgada, ojos marrones y tenía un piercing en el labio, en el lado derecho. Guapa, muy guapa.
-Este es Jorge. Jorge, ella es Mel.
Se dieron también dos besos. Jorge era un chico alto, de ojos marrones y grandes, delgado y una sonrisa preciosa. Desde el momento que lo conoció, Mel supo que se llevarían muy bien.
-Verónica, Mel. Mel, Verónica.
Se saludaron. Verónica era una chica de pelo rizado y marrón oscuro, ojos marrones, muy bonitos, ni delgada ni gorda, estaba normal y era muy guapa.
-Y, por último, Mel, esta es Cristal.
Cristal era una chica de piel morena, bajita, pelo marrón con mechas rubias, delgada y muy mona.
-Encantada, chicos.-dijo Mel.
-Igualmente y felicidades.-sonrieron todos.
Y la fiesta siguió así.
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"En ese momento en la puerta de la sala"
"Tengo que entrar, como sea, se van a enterar, no puedo quedarme sin entrar. Mi cari está ahí dentro". Raúl pensaba en la forma de colarse en la fiesta. En ese momento, vio un grupo grande que se dirigía a la fiesta y se metió entre ellos.
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"Dentro de nuevo"
Se apagaron la música y las luces y empezó a sonar el "Cumpleaños feliz". Déborah, Lucía, Vicky y Mar entraron con una tarta enorme con 18 velas y se acercaron a Mel. Justo cuando llegaron se acabó la canción.
-Sopla, Mel.-decían todos.
-¡Pide un deseo!
Mel sopló las velas y pidió un deseo interiormente "Conocer mejor a David". Las apagó todas y empezaron a repartir tarta. Comenzó la música de nuevo y la fiesta continuó.
Un rato después, a Mel le taparon los ojos de nuevo.
-¿Otra sorpresa?.-sonrió Mel.
La llevaron fuera de la sala y la condujeron un largo rato a oscuras y en silencio. MEl pensaba: "Que será ahora, que me tendrán preparado estas..."
Entonces la destaparon los ojos, ¿qué era esto?, se encontraba en un callejón estrecho y oscuro, no había nadie. No se oía nada. Se dio la vuelta para ver quien la había llevado hasta allí y...
-¡Raúl!.-dijo Mel asustada.
-Hola, cari.-dijo Raúl falsamente cariñoso.- Esto no se iba a quedar así.

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